CIUDAD ABIERTA de MAXI DE LA PEÑA


Siento que el ruido
me guía a una explosión
de partículas en el aire.
El claxon del taxi, los parches
del martillo hidráulico,
los bomberos que sofocan
fuegos de artificio,
la ambulancia que traslada
hormigas gestantes.
Sobresaltos en un paisaje salvaje
de cemento.
Los viandantes no pasean
van a zancadas por las calles
donde el mundo nunca se detiene.
No hay tiempo para la nostalgia
no me siento un extraño
en una ciudad abierta,
cada día
el camaleón ofrece disfraces
a precio de saldo.
Vivo en una azotea
donde los letreros de neón
se han convertido en cómplices.
La noche será larga hasta
que el cielo destelle
con su paleta de colores.
Me quedaré en esta ciudad
con mar de asfalto
y brújulas perdidas.


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