EDITORIAL del Nº 13 de ABSENTA POETAS

Sabía de sobra que algo iba a salir mal, desde esa misma
mañana, desde el momento en que me asignaron el trabajo. Mi
cara de disgusto no logró persuadirle, me dijo: “es lo que hay”,
siempre he odiado esa expresión. Sin otro particular me puse a
ello, busqué la dirección y esperé hasta tener al tipo a golpe de
vista. Un seguimiento de cerca siempre debe hacerse entre dos
para que todo salga perfecto. Bueno, por lo menos aquel hombre
no parecía demasiado peligroso con esa pinta de contable huidizo
y gesto frágil. Comenzamos el juego del gato y el ratón, cada uno
desde una acera, el tráfico y el ajetreo de la ciudad jugaba a mi
favor, aún así palpar mi 38 especial pegado a la cintura y oculto
bajo la chaqueta me tranquilizaba más, ya se sabe lo que dice la
sabiduría popular en estos casos; “lo que no solucionen seis balas
o no tiene solución o si la tiene es que no está a tu alcance”.
Varios cruces de calles después y paradas delante de escaparates
nos levaron a los barrios periféricos, hasta que mi hombre por fin
se detuvo frente a un portal modesto con directorio de oficinas.
Tocaba la parte complicada porque no bastaba solamente con
conocer la dirección, debía saber en qué puerta entraba y con
quién hablaba. Fue así como me vi esperando pegado a su espalda.
Él saludó de forma modesta, y yo correspondí con un gesto
discreto sin mediar palabra. Al llegar el ascensor se giró de forma
imprevista, recibí sin aviso la primera a la altura del estómago, me
doblé como un viejo, sin tiempo de reaccionar vino la segunda.
Decir que la encajé sería mucho decir, un rápido swing debajo de
la barbilla con la izquierda me hizo ver que aquel tipo era de la
escuela de Joe Frazer. Me vine abajo, solo que en vez de sentir la
lona lo que noté fue el frío del suelo de gres. Cuando estuve
completamente tendido a lo largo, aprovechó la puerta del
ascensor para abrirla con fuerza hasta estrellarla contra mi cara.
Fin del combate. Rendido e inmóvil no pude hacer otra cosa que
observar como mi adversario bajaba con parsimonia las escaleras
de entrada hasta la puerta para seguido hacerse invisible entre los
demás. No tuvo que decirme nada, no fue necesario, yo solo me di
cuenta de la lectura, mantén la nariz en tus asuntos y no te fíes de
las apariencias. Parece mentira pero en todos estos años se me
había olvidado.

El Padrino

ABSENTA POETAS Nº13

Gracias a todos los que os pasasteis por la presentación nuestra revista ABSENTA POETAS (Nº13) en la librería GIL. Estuvimos muy bien arropados en la invernal tarde de ayer . . .


PRESENTACIÓN DE LA REVISTA ABSENTA POETAS Nº13


Os esperamos el próximo sábado 23 de Noviembre a las 19:30 h. En la librería GIL, de la plaza de Pombo en Santander, en la presentación del último número de nuestra revista de Poesía.
Como de costumbre:
 Recital de Poesía, Música en directo y os lleváis vuestro ejemplar de ABSENTA POETAS antes que nadie !!

¡¡Os esperamos!!

OH CAPITÁN, MI CAPITÁN... de ALEN KERISH

Nadie desaparece mientras queden quienes les recuerden.
Bajó el telón
todo fundió a negro
incluso el acero.

La carta de ajuste
ilumina la estancia
con su nebulosa.

La espesa lluvia
revolvió a las moscas
en el televisor.

Llueve sobre mojado
en este día de funerales.
El alba renacerá mañana
cuando todo esté por conseguir.
A Chus Ríos

MI VIDA de JUANJO GALÍNDEZ

Vivo por la voz del niño
que lo vio todo, que lo amó todo,
para recordarse el resto de su vida,
que no quiso conquistar el cataclismo,
y juega por las noches con
amigos invisibles.

Me veis con este traje
que no deja de tejerse y de sudarse,
cada vez menos impetuoso en mi viaje,
vehículo de amante y también
cuero de vino.

Arrastro sombras decepciones
que separo en partes
y siendo fiel a mi luz se difuminan,
aranceles del destino que
nace y muere cada día.

No queda otra manera,
todo continúa, después de cien muertes,
todo continúa, alrededor de una
o mil ciudades, todo continúa
siendo un mal negocio, un abuso
o una alegría.

Me recuerdo entre olvidos y abandonos,
entre puertas que de repente se abren,
y otras para las cuales
ya no busco más la llave.

Si he llegado al sinuoso ecuador,
que no es tan limpio ni tan recto
como aparece en los mapas,

por qué no poder volver de nuevo
a ser quien era, antes de continuar
con otro traje, invisible quizá,
y pasar de esta divina misión, de este ultraje,
de la adquirida mentira

a reencontrarme
por la voz del niño,
que lo vio todo, que lo amó todo,
que ve y ama todavía.
Luchando porque nadie me robe ese deseo
que es mi vida.


EL OCASO de ÁNGEL GÓMEZ DEL POZO


Ya es tarde , demasiado tarde
para aprender el oficio de las poses
y ensayar las pausas oratorias
como injerto que crece en tronco ajeno.
Se han marchitado los otroras,
los peldaños del ara
inician su sprint hacia el exilio,
los labios de lo estéril
asfixian la cátedra del gozo.
Eros desertó sin previo aviso
como quien despierta de un sueño
en la mitad de la aventura .